Parece que es la hora, y no es la hora.
- Ana Núñez Lebrón
- 5 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 feb 2021

Llegó el día, y aunque la Cuaresma nos iba anunciando que esta Semana Santa sería diferente, ningún cofrade la habría imaginado de esta manera. Quizás hoy los nervios no sean los de siempre, tal vez lo primero que hayamos hecho esta mañana al levantarnos no habrá sido mirar al cielo, y, ni las túnicas ni nuestras mejores galas estén preparadas esperando a que en nuestros relojes se acerque la hora que durante todo un año, hemos estado soñando. Sin embargo, el Domingo de Ramos está aquí igualmente, y aunque en una situación casi sin precedentes, el espíritu en realidad es el mismo.
Tal vez sea un buen día para recordar el pregón de don Antonio García Barbeito, que en 2010 anunciaba la Semana Santa de Sevilla y nos regalaba unos versos que diez años más tarde, se ajustan mejor que nunca a lo que sentimos:
"Parece que es la hora, y no es la hora.
Parece que está todo... y algo falta.
Parece que la alcanzo y es más alta.
Parece que se acerca, y se evapora...
Parece que la tengo, y no la tengo,
parece que en la mano la sostengo
pero en la mano yo no la distingo."
Y así es, parece que está todo, pero algo falta. Las eternas filas de capirotes, el olor a cera e incienso mezclado con el característico azahar de la primavera, el tintineo de los caireles de un palio, el rachear de los costaleros, o los sones de unos músicos que llevan meses preparándose para la semana más bonita y mágica del año tendrán que esperar. Así como tendrán que esperar los numerosos estrenos que este año iban a lucirse en las calles de Huelva. Estamos hablando, por ejemplo, de las nuevas corporaciones musicales, como son la Banda de Cornetas y Tambores "Salud y Esperanza", o "La Humildad", que tras reinventarse, comenzaban una nueva andadura, suponiendo una novedad en el aspecto musical de nuestra Semana Santa. Asimismo, también estaba previsto el estreno de algunos avances en los trabajos de tallado o dorado de algunos misterios, como es el caso de los respiraderos del paso del Santísimo Cristo del Amor, que poco a poco va llegando a su conclusión.
Todo esto, aunque nos duela, tendrá que esperar a 2021, y puede hacerlo. Lo que no entiende de demoras es la responsabilidad y el compromiso social que se nos exige, y que tenemos que demostrar, aunque con la tristeza de no poder disfrutar de aquello que más nos gusta. A pesar de todo, la Semana Santa y las cofradías están ahí los 365 días del año, y la ilusión y las ganas volverán con el doble de fuerzas, para que la próxima semana grande sea la mejor que recordaremos en nuestras vidas.
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