La Semana Santa que sobrevivió a la Guerra Civil en Huelva.
- Ana Núñez Lebrón
- 8 ago 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 feb 2021
La Guerra Civil española causó en Huelva el destrozo y la pérdida de una cantidad elevada de patrimonio artístico y relativo a nuestra Semana Santa, que poco a poco se iría reconstruyendo con el paso de los años hasta convertirse en lo que es hoy en día.

El 19 de julio de 1936, partieron desde la provincia de Huelva dos columnas de hombres fieles al gobierno republicano hasta la cercana ciudad de Sevilla, para tratar de solventar la rebelión de los militares golpistas que se encontraban en la capital hispalense al mando de Queipo de Llano. Una de ellas lo hacía desde la capital y estaba conformada por Guardias Civiles; la otra, partía de la cuenca minera y de localidades próximas y se componía de mineros, que llevaban un buen cargamento de explosivos.
Los miembros de la Guardia Civil llegaron antes a Sevilla, y a pesar de sus intenciones iniciales, se decantaron por unirse al bando de los militares sublevados y tender una emboscada a los mineros, que sabían que estaban al llegar. El resultado de esta estrategia fue el fusilamiento de los mineros en las calles de Sevilla por los militares comandados por Queipo de Llano. Según algunos autores, este sería el principal motivo por el cual en Huelva se sucederían los destrozos, quemas y asaltos a iglesias, conventos y colegios.
Los destrozos que causó la guerra en el patrimonio cofrade son conocidos por mucha gente, pero, ¿qué fue lo que quedó y aún seguimos disfrutando?
La hermandad de los Judíos
La hermandad de la Merced, popularmente conocida como de los Judíos, fue la única que logró salvar su patrimonio al completo, gracias a un curioso gesto del Dr. Vázquez Limón, cercano a la cofradía. En aquella época, la hermandad tenía como sede la Iglesia de la Merced, que era anexa al Hospital Provincial. Uno de los días de destrozos y quemas, el director facultativo del hospital, el Doctor Vázquez Limón, tomaba la acertada decisión ante la cercanía de las hordas incendiarias de colocar una sábana en la puerta de la Iglesia de la Merced que contenía la siguiente inscripción: "reservada para hospital de sangre". Cuando los militantes republicanos que estaban llevando a cabo las quemas y asaltos a los templos vieron dicha inscripción, decidieron no insistir en su propósito e irse.
De esta forma, la hermandad vinculada a la orden de la Merced, que procesiona actualmente en la tarde del Jueves Santo consiguió salvar su patrimonio, que, hoy en día es el más antiguo de entre todas las hermandades que pertenecen al Consejo.
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